Cuando tienes una buena historia, basada en un hecho real (cuyos protagonistas son Frank Lucas y Richie Roberts), es díficil hacer una mala película.
Si eres Ridley Scott, más difícil aún.
Así que, sí, no cabe duda de que American Gangster es una buena película, quizá muy buena, y yo, por una vez, estaré de acuerdo con la mayoría y diré que me gustó.
Creo que es perfecta en cuanto a técnica y ritmo narrativo, con un buen montaje paralelo que nos lleva constantemente de la vida de un protagonista a la vida del otro, dejándonos ver las diferencias entre uno y otro, y haciéndo que nos comamos las uñas ante la impaciencia de ver el esperado e inevitable encuentro final entre ambos.
Impaciencia provocada quizá, por las dos horas y media que tardan en coincidir en pantalla, tiempo esté que no se hace pesado debido a las cualidades nombradas anteriormente.
Los ya nombrados protagonistas son interpretados por Denzel Washington, al que últimamente siempre le veo las mismas caras y gestos, interprete a quien interprete (algo así como Jack Nicholson, que ya simplemente en vez de actuar, hace siempre de su propio personaje), lo cual no significa que lo haga mal, todo lo contrario, creo que es un gran papel, por el que se llevará estupendas críticas.
El otro protagonista es Russell Crowe, actor que, en mi opinión, sabe dar más giros en su carrera y no se estanca siempre en un mismo papel, y que aquí hace a la perfección ese policía extremadamente honrado en su trabajo, pero cuya vida va en picado.
Un duelo de interpretaciones para recordar en los próximos años.
Una película que hay que ver, sin duda.
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